Deers is back

Volvemos a escribir sobre mujeres ¡y nos encanta! Y por si en nuestra anterior entrada no os quedó claro, nos encantan aun más los proyectos que empiezan, aunque este en concreto lleva ya tiempo cociéndose e incluso, asomando la cabeza por alguna sala madrileña. Pero fuimos de las pocas privilegiadas en presenciar el renacimiento de una pequeña banda cuyas integrantes son dos bellas mujeres con talento. Así que envidiadnos, sí.

Deers lleva existiendo años, aunque ha sufrido a lo largo del tiempo algún que otro parón por diferentes razones, pero ellas mismas nos contaron que nunca han dejado de tocar. Supongo que así empiezan todos los grupos, por pura diversión. Intuimos que su acogida en la escena madrileña musical puede dispararse en cualquier momento, así que esperamos que no dejen de tocar justo ahora.

Fotos por Larry Balboa

El pasado sábado 1 de febrero Ana y Carlotta, fueron capaces de congregar al público más loco de todo Madrid en su minieléctrico concierto que tuvo lugar en el más variopinto escenario, un restaurante vegetariano en el barrio de Malasaña. Estábamos apretados, muy apretados. Y muy a gusto. Quizás fue porque llevaban demasiado sin tocar o porque su audiencia es entusiasta siempre, pero no faltaron los gritos, los piropos e incluso los pogos a pesar de la intimidad del concierto.

 Este conjunto consiste en dos guitarras y dos voces, perfectamente coordinadas tanto en las versiones como en sus propias canciones. Lo que habíamos visto de ellas, lo sacamos de Youtube, donde estábamos acostumbrados a verlas con guitarras acústicas, pero en el concierto del sábado nos sorprendieron con dos eléctricas y alguna percusión con pandereta. Aunque no perdieron su línea de hacer sonar todas las canciones algo más acústicas de lo que originalmente suenan (también suponemos que por las circunstancias del local), dándoles otro color que hablando mal y pronto, es la hostia. Esto sucedió con canciones como "When it comes to you" de los Dead Ghosts y "Holograma" de Los Nastys.

Fue más que notable la complicidad entre ellas y el público. Esto hizo que la tensión que sufrían en un primer momento se desvaneciera a medida que se desarrollaba el concierto, probablemente al verse rodeadas de amigos, que cantaban en ocasiones incluso más alto que ellas y sus amplis.

Este concierto superó con creces nuestras expectativas, que no quiere decir que fueran bajas. Sabemos que se lo pasan genial tocando y desde nuestra humilde posición las animamos a que lo sigan haciendo para hacernos disfrutar al resto porque otra cosa no, pero divertido fue un rato largo.